Los productos fitosanitarios desempeñan un papel esencial en la agricultura moderna, ya que permiten proteger los cultivos frente a plagas, enfermedades y malas hierbas. Son herramientas clave para garantizar el rendimiento y la calidad de los alimentos que consumimos. Sin embargo, su uso está estrictamente regulado para minimizar el impacto sobre la salud humana y el medio ambiente. En este artículo te explicamos qué es un producto fitosanitario, los tipos que existen, su utilidad en el campo y los requisitos necesarios para su correcta aplicación.
¿Qué es un producto fitosanitario?
Un producto fitosanitario es una sustancia o mezcla de sustancias diseñada para proteger los vegetales y productos agrícolas contra organismos nocivos. También llamados fito sanitarios, estos productos incluyen insecticidas, fungicidas, herbicidas, acaricidas y otros tratamientos que ayudan a prevenir, controlar o eliminar plagas y enfermedades. Según el registro de productos fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, todos deben ser evaluados, autorizados y registrados antes de su comercialización. El uso responsable de estos productos permite una agricultura más eficiente y sostenible, siempre que se apliquen siguiendo las directrices legales y técnicas establecidas.

Tipos de productos fitosanitarios
Existen diferentes tipos de fitosanitarios según su función:
- Insecticidas: eliminan o repelen insectos que dañan los cultivos.
- Fungicidas: combaten hongos y mohos que causan enfermedades.
- Herbicidas: controlan las malas hierbas.
- Acaricidas: actúan sobre ácaros.
- Nematicidas: combaten nematodos del suelo.
- Molluscicidas: eliminan caracoles y babosas.
- Reguladores del crecimiento: modifican procesos fisiológicos de las plantas.
- Repelentes o atrayentes: interfieren en el comportamiento de las plagas.
Cada tratamiento fitosanitario debe seleccionarse según el tipo de cultivo, el agente a controlar y el momento del ciclo vegetativo.
¿Para qué sirven los fitosanitarios en agricultura?
Los fitosanitarios sirven principalmente para proteger los cultivos y asegurar su desarrollo saludable. Son útiles para:
- Prevenir y controlar enfermedades causadas por hongos y bacterias.
- Eliminar insectos y plagas que afectan la producción.
- Reducir la competencia de malas hierbas con los cultivos.
- Evitar pérdidas económicas en cosechas.
- Aumentar el rendimiento y calidad de los productos agrícolas.
- Facilitar prácticas agrícolas sostenibles cuando se aplican correctamente.
Un buen uso de los productos fitosanitarios permite una agricultura más productiva, segura y eficiente.

Certificaciones y requisitos para su aplicación
Para aplicar tratamientos fitosanitarios es obligatorio cumplir con una serie de requisitos legales y formativos. Es necesario:
- Estar inscrito en el registro fitosanitarios y consultar siempre el registro de productos fitosanitarios
- Realizar el curso de aplicador de productos fitosanitarios, que habilita legalmente para su uso.
- Obtener el carné de manipulador según el nivel requerido (básico o cualificado).
- Disponer del certificado fitosanitario y, en algunos casos, del pasaporte fitosanitario si se transportan productos vegetales.
- Aplicar los productos con equipos homologados y mantener registros de uso.
El cumplimiento de estas normas garantiza una agricultura más segura, trazable y responsable.