La siembra directa, también conocida como labranza cero ha ganado popularidad en los últimos años. Esta evolución hacia la siembra directa está originada por alterar al mínimo el suelo por sus numerosas ventajas, así como el uso de determinadas prácticas voluntarias de agricultura de conservación para cobrar las ayudas de la PAC.
¿Qué es la siembra directa?
La siembra directa consiste en el establecimiento de un cultivo en el terreno mediante el cual no se realiza ninguna labor de arado desde la recolección del cultivo hasta la siembra del siguiente. De esta forma, se procura mantener el suelo cubierto con el rastrojo del cultivo anterior.
La labranza cero permite una alteración menor del suelo que la siembra convencional en la que hay que realizar labores de arado o vertedera. Requiere una máquina de siembra directa especializada que crea los surcos, incorpora la semilla, y las cubre. De esta forma, el suelo casi no requiere labranza al excavar directamente donde cae la semilla.
Siembra directa ventajas y desventajas
La siembra directa proporciona numerosas ventajas tanto a los agricultores que la usan como al medio ambiente, mejorando las características físicas, químicas y biológicas del suelo:
- Reduce la erosión del suelo.
- Favorece el secuestro de carbono.
- Mejora y promueve la actividad biológica del suelo y su biodiversidad.
- Reducción de costes de combustible y mano de obra al reducir horas de trabajo.
- Incrementa la cantidad de agua que se infiltra en el suelo.
- Aumento de la retención de materia orgánica.
- Conservación de nutrientes en el suelo.
En cuanto a las desventajas de la siembra directa:
- Disminución del rendimiento, al menos en los primeros años.
- Mayor riesgo de plagas y enfermedades al no remover el suelo.
- Elevado coste en inversión en maquinaria de siembra directa.
- Dificultad en la gestión de malas hierbas o plantas adventicias.
- Mayor aplicación de herbicidas para el control de malas hierbas.
Características de la siembra directa
Las ventajas de la siembra directa en principio parecen mayores que las desventajas, pero antes de hacer un cambio en tu explotación y pasar de una siembra convencional a la siembra directa hay que analizar más factores. Hay que tener en cuenta la inversión en la compra de una sembradora de siembra directa, hay que evaluar la rentabilidad tanto de la maquinaria, consumos, producción y otros costes secundarios.
La siembra directa en España
La superficie de siembra directa en España con los datos más actualizados de 2021 es de 845.018 ha (un 10% más que el año anterior). La región con mayor superficie de siembra directa es Castilla y León, siendo el cereal, girasol y maíz forrajero los cultivos más implementados.
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